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Tras visitar Cuba durante una semana, una flotilla de buques de guerra rusos atracó en el puerto venezolano de La Guaira, a media hora en auto de Caracas, donde permanecerá por un tiempo indefinido, lo que coincide con el inicio de la campaña electoral este jueves.

El presidente Nicolás Maduro no ha informado sobre el motivo de la llegada de los barcos rusos ni de lo que harán en las costas nacionales, pero su presencia ha despertado inquietud y recelo entre los venezolanos visto el antecedente histórico de la crisis de los misiles que tuvo lugar entre La Habana y Washington en 1962.

El único organismo que ha dicho algo sobre la llegada de los navíos ha sido el Ministerio de Defensa Ruso que las agencias internacionales han reportado.

El objetivo de su presencia en la región es «mostrar la bandera y garantizar una presencia naval en importantes zonas operativas», declaró el ministerio en un comunicado.

La escala durará «varios días» y a continuación los buques proseguirán sus «labores» en las aguas del océano Atlántico, precisó sin dar mayores detalles.

Entre los navíos figuran el Almirante Gorshkov, la fragata más avanzada de la flota rusa, en servicio desde 2018, y el petrolero Akademik Pashin.

Antes de llegar a Venezuela, los buques rusos hicieron escala en Cuba a mediados de junio, acompañados por un submarino de propulsión nuclear y un remolcador.

Pero además del ambiente electoral en Venezuela, el inusual despliegue ruso a unos 150 kilómetros de la costa estadounidense de Florida se produjo en medio de tensiones entre Washington y Moscú por el conflicto en Ucrania.

Antes de entrar en el puerto de La Habana, los buques participaron en un «ejercicio sobre el uso de armas de misil de alta precisión», indicó el Ministerio de Defensa ruso.

No obstante, de cara al público, el Ejecutivo de Joe Biden asegura que estas maniobras no suponen una amenaza para la seguridad nacional estadounidense.

«Siempre vamos a vigilar cualquier buque extranjero que opere cerca de las aguas territoriales de Estados Unidos. Por supuesto que nos lo tomamos en serio, pero estos ejercicios no suponen una amenaza para Estados Unidos», apuntó al respecto, el jueves 13 de junio, Sabrina Singh, portavoz del Pentágono.

Rusia, junto con China, son aliados del gobierno de Nicolás Maduro en medio de las sanciones impuestas por Estados Unidos, que incluyen el congelamiento de activos venezolanos en el extranjero y la prohibición de sus ciudadanos y sus socios internacionales de hacer negocios con Caracas con el fin de presionar al mandatario a dejar el poder. Washington argumenta que la reelección de Maduro en 2018 fue fraudulenta.

Venezuela ha forjado una relación estrecha con Rusia. Antes de las sanciones estadounidenses y de que las arcas del gobierno de Maduro experimentasen una drástica reducción, Venezuela hizo millonarias adquisiciones de aeronaves militares y fusiles a Rusia. Desde 1999 ambos países han suscrito más de 340 acuerdos en materia de salud, cooperación militar, educación, transporte, energía, ciencia y tecnología, entre otros.

PB