El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, anunció este 15 de agosto el inicio en las próximas semanas de los vuelos de repatriación acordados con Estados Unidos de los migrantes irregulares que entran al país por la selva del Darién, fronteriza con Colombia.
Todo indica que a partir de los próximos días, próximas semanas, se inician los vuelos de repatriación como producto del acuerdo con los Estados Unidos», afirmó el mandatario en conferencia de prensa.
Precisó que el tema lo habló con el presidente estadounidense, Joe Biden, quien le llamó por teléfono el 14 de agosto en la tarde.
En un comunicado sobre el diálogo, la Presidencia informó que Biden se comprometió a iniciar durante el mes de agosto la implementación del acuerdo, mediante el cual comenzarán los vuelos de repatriación de los migrantes que llegan a Panamá por la selva del Darién.
«Biden dijo que Estados Unidos está listo para implementar el acuerdo, el cual, agregó Mulino, se realizará respetando los derechos humanos y la dignidad de las personas», precisó el Gobierno en su comunicado.
Aunque en el acuerdo se estableció que el pago de los vuelos lo iba a asumir Estados Unidos, Mulino informó que Panamá ya pagó uno y está en proceso de hacerlo con otro.
En este segundo vuelo irán personas del mal vivir, con perfiles muy identificados con crimen organizado, con trata, con violencia, en fin, pero van para allá. Esos aviones aterrizan en Río Negro, Colombia», apuntó.
Mulino dijo que se espera incluir más personas en el proceso de repatriación «para disuadir el uso de Darién como centro de acopio de personas que vienen huyendo de las distintas crisis».
El mandatario panameño informó que hasta el miércoles habían ingresado a Panamá por esa vía 225.277 migrantes indocumentados, una cifra que representa una disminución en comparación con el año pasado, aunque aclaró que no iba a dar muchos datos para no aburrir a los periodistas.
Aseguró también que el país se está preparando para esperar más refugiados si la situación en Venezuela se pone «más violenta».
Durante la campaña electoral, Mulino prometió cerrar la selva del Darién como zona de entrada al país de migrantes, los cuales sumaron más de 520.000 el año pasado.